HELICOBACTER PYLORI: LA BACTERIA DE LA IRRITACIÓN
- Entrada: H. pylori se transmite principalmente a través de la vía fecal-oral o la vía oral-oral, lo que puede ocurrir por: consumo de agua o alimentos contaminados, contacto directo con saliva o vómito de una persona infectada.
- Colonización: Una vez en el estómago, H. pylori penetra el moco gástrico y se adhiere a las células epiteliales del estómago.
- Daño: Produce toxinas como la vacA (toxina vacuolante) y proteínas como cagA, que pueden inducir inflamación y daño en las células del estómago.
H. pylori está vinculada a diversas condiciones gástricas, como:
Gastritis crónica: Inflamación persistente de la mucosa gástrica. Puede ser asintomática o causar dolor, náuseas y vómitos.
Úlceras pépticas: Tanto gástricas como duodenales. Causadas por el debilitamiento de la mucosa, lo que permite que el ácido gástrico dañe los tejidos subyacentes.
Cáncer gástrico:
- Es un factor de riesgo importante para el adenocarcinoma gástrico.
- La infección crónica y la inflamación prolongada generan cambios celulares precancerosos.
- Linfoma MALT (Tejido Linfoide Asociado a Mucosa): H. pylori está implicada en el desarrollo de este tipo raro de linfoma gástrico.
Aunque muchas personas son asintomáticas, los síntomas comunes pueden incluir:
- Dolor o ardor en el abdomen (generalmente cuando el estómago está vacío).
- Náuseas o vómitos.
- Pérdida de apetito.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Distensión abdominal.
- Mal aliento.
El tratamiento estándar se basa en una combinación de antibióticos y agentes que reducen el ácido gástrico. Las terapias más comunes incluyen:
Terapia triple estándar (14 días): Inhibidor de la bomba de protones (IBP) como omeprazol. Amoxicilina. Claritromicina.
Terapia cuádruple con bismuto: IBP. Subsalicilato de bismuto. Metronidazol. Tetraciclina.
Otras opciones:
- Terapias de rescate en caso de resistencia a antibióticos, como levofloxacino o rifabutina.
La medicina natural para combatir Helicobacter pylori ha despertado interés por su enfoque menos invasivo y el menor riesgo de efectos secundarios en comparación con los tratamientos convencionales.
Aceite de orégano:
Contiene carvacrol y timol, compuestos con propiedades antimicrobianas. Estudios han mostrado que puede inhibir el crecimiento de H. pylori en el laboratorio.
Uso: Cápsulas de aceite de orégano o infusiones pueden ser útiles como suplemento.
Aloe vera:
Tiene propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Un estudio sugiere que el gel de aloe vera puede reducir la carga bacteriana de H. pylori y aliviar los síntomas gástricos. Uso: Consumo en jugo o mezclado con agua.
Cúrcuma (Curcuma longa): Contiene curcumina, un potente antiinflamatorio y antioxidante. Ayuda a reducir la inflamación gástrica y puede inhibir el crecimiento de H. pylori. Uso: Incorporar cúrcuma en la dieta o tomar suplementos.
Jengibre: Conocido por sus efectos antimicrobianos y su capacidad para calmar el sistema digestivo. Se ha estudiado por su actividad inhibidora contra H. pylori. Uso: Té de jengibre fresco o cápsulas.
Propóleo: Una resina producida por las abejas que contiene compuestos antimicrobianos. Investigaciones sugieren que el propóleo puede ser eficaz para combatir H. pylori y proteger la mucosa gástrica. Uso: Extracto de propóleo en gotas o cápsulas.
Brócoli y germinados de brócoli: Ricos en sulforafano, un compuesto con propiedades antibacterianas y anticancerígenas. Estudios han mostrado que el sulforafano puede reducir la carga de H. pylori en el estómago. Uso: Consumir brócoli o germinados frescos regularmente.
Ajo: Contiene alicina, un compuesto con potentes propiedades antibacterianas. Puede inhibir el crecimiento de H. pylori y fortalecer el sistema inmunológico. Uso: Consumir ajo crudo o en cápsulas.
Té verde: Contiene catequinas, antioxidantes que pueden ayudar a combatir la infección por H. pylori. Estudios sugieren que el consumo regular de té verde reduce la inflamación gástrica. Uso: Beber varias tazas al día.
Los probióticos han demostrado ser eficaces para complementar el tratamiento de H. pylori al mejorar el equilibrio de la microbiota intestinal y reducir los efectos secundarios de los antibióticos.
Yogur y kéfir: Ricos en Lactobacillus y Bifidobacterium, bacterias beneficiosas que pueden reducir la carga de H. pylori y aliviar los síntomas. Uso: Consumir yogur natural sin azúcar o kéfir diariamente.
Kimchi y chucrut: Alimentos fermentados que favorecen el crecimiento de bacterias saludables en el intestino. Uso: Añadir pequeñas porciones a las comidas regularmente.
Suplementos probióticos: Cepas como Lactobacillus acidophilus y Saccharomyces boulardii han mostrado eficacia en el control de H. pylori.
Miel de manuka: Originaria de Nueva Zelanda, esta miel tiene propiedades antimicrobianas únicas. Estudios indican que la miel de manuka puede inhibir el crecimiento de H. pylori y promover la cicatrización de úlceras gástricas. Uso: Consumir una cucharadita diaria en ayunas o mezclar con agua tibia.
Vinagre de sidra de manzana: Aunque ácido, puede estimular la producción de enzimas digestivas y ayudar a combatir la bacteria. Uso: Diluir una cucharada en un vaso de agua antes de las comidas.
Zinc-carnosina: Un suplemento que combina zinc y carnosina para proteger la mucosa gástrica. Evidencia: Mejora la cicatrización de tejidos y puede potenciar la erradicación de H. pylori. Uso: Tomar según la indicación del fabricante.
Aceite de coco:
Contiene ácidos grasos como el ácido láurico, que tiene actividad antimicrobiana.Uso: Consumir una cucharada diaria o usar en la cocina.
La resina mástic (o mástique) del lentisco, también conocida como lágrimas de Quíos debido a su forma y su origen en la isla griega de Quíos, es una sustancia resinosa natural obtenida del árbol del lentisco (Pistacia lentiscus), una planta que pertenece a la familia de las anacardiáceas.